El Jardín de la Alamedilla. Un palacio bajo el jardín
El Jardín de la Alamedilla es un espacio aledaño a los baños islámicos de la mezquita de la Alhambra. Este ámbito ha permanecido inalterado y libre de edificaciones desde las transformaciones que se llevaron a cabo en esta zona tras la conquista cristiana, tal y como se recoge en la documentación histórica existente en el Archivo del Patronato de la Alhambra y el Generalife.
El topónimo de Alamedilla proviene de la alameda implantada por los Tendilla en el eje que conecta el Palacio de Yusuf III, reconvertido en su residencia, con el palacio del emperador Carlos V. Esta alameda pervivirá hasta los años 20 del siglo pasado, cuando Modesto Cendoya ordenó su tala.
Desde finales del siglo XIX, parte de este espacio estuvo ocupado por el patio-jardín de la casa de la familia Barrios, cuya vivienda familiar, levantada sobre los antiguos baños de la Mezquita Mayor de la Alhambra, albergaba la “Taberna del Polinario”, y en la actualidad el Museo Ángel Barrios.
Al menos desde los años 30 del siglo XX, ya había indicios de restos arqueológicos que apuntaban a la posible existencia de un edificio asociado una alberca, único elemento constructivo bien definido que se conservaba en el solar.
En el año 2021 el Patronato de la Alhambra y Generalife puso en marcha un proyecto de adecuación del jardín para su uso público acometiéndose una excavación arqueológica para determinar el interés y estado de conservación de los restos existentes bajo la superficie.
El resultado de ésta es la confirmación de que bajo el Jardín de la Alamedilla se conserva la traza de un gran edificio que abarcaría, si se hace una proyección de las estructuras excavadas, al menos una superficie de 440 metros cuadrados, formado por cuatro crujías en torno a un patio con alberca. Se trata de una edificación notable, que supera en escala a lo que podría ser una vivienda noble y que incluso superaría los límites a E y O del solar intervenido, hacia el callejón del Guindo y el de la Sacristía. Aún a falta de los resultados de próximas intervenciones todo parece indicar que nos encontramos ante los restos de un palacio, del que aún quedan áreas por explorar arqueológicamente.
En cuanto a la cronología es difícil determinar, por lo escaso del material cerámico en contextos cerrados, pero parece indicar un horizonte de abandono del edificio no más allá de la primera mitad del siglo XIV. La cerámica islámica, en su mayor parte, ha aparecido en contextos abiertos, junto a materiales de época moderna y contemporánea, siendo muy escasos los niveles estrictamente medievales. Entre estos hay que destacar los materiales recuperados en la excavación del relleno de amortización de la letrina de éste edifico islámico. Es un volumen escaso donde se ha recuperado fragmentos de vajilla doméstica, pero también otros materiales como hueso trabajado, y fragmentos de una delicada pieza de vidrio “pomo” usada para contener perfume, en la actualidad en proceso de restauración.
El resto de materiales recuperados abarca un amplio arco cronológico, aunque el volumen más significativo se han datado época moderna, especialmente en el periodo entre los siglos XVI al XVIII, con una amplia variedad formal y funcional de vajilla doméstica, aunque también con algunas piezas singulares, como pipas de fumar, figuras zoormofas (posible gallipato), juguetes, y un fragmento de rollo de alfar con la impronta de una pequeña llave.
Finalmente, es interesante el conjunto de vidrios de uso farmacológico que indican la existencia en los aledaños del jardín alguna actividad sanitaria o asistencial a finales del siglo XIX principios del XX.
Autores del artículo: José Javier Álvarez García & Inmaculada Raya Praena