La iluminación en época nazarí: Candil de pie alto
ILUMINACIÓN EN ÉPOCA NAZARÍ
Actualmente disponemos de un conocimiento profuso sobre cómo funcionaba la
luz desde el punto de vista físico, con planteamientos sobre la visión de los
objetos, el ojo y la formación de las imágenes. El interés por la luz también se
debe a que esta presenta una connotación muy simbólica, como una
representación religiosa de la divinidad. De igual manera estaba muy presente en
estética, la belleza y armonía. Ello se reflejó en un control de la iluminación muy
riguroso a la hora de configurar espacios como los de la Alhambra, donde los
alarifes dieron un gran protagonismo a la luz natural en la arquitectura, como si
la luz fuera un elemento arquitectónico más.
L. Torres Balbás (1959: 197) ya nos transmitía sus impresiones acerca de la luz en
las estancias. Él percibía un aspecto diferente en la superficie y el volumen de los
espacios en función de la luz que reciben, como si la luz contribuyese a definir la
forma y a modelar el espacio.
ILUMINACIÓN ARTIFICIAL
La iluminación artificial se conseguía con métodos como los pedernales de
cuarzo, jaspe, pirita o marcasita que producían la chispa, prendiendo así la
mecha de diferentes tipos de candiles o cirios.
«Iluminar un espacio antes de que existiera la electricidad debió tener
un significado totalmente distinto, por razones prácticas y por lo que
suponía crear luz en el mundo» ? Sabiha Al Khemir (2013: 52).
Habría variedad de formas y materiales de lámparas, según la ocasión o el lugar,
como acontece en las mezquitas con las características lámparas colgantes y
vasos de vidrio. Para las lámparas se superficie se podían utilizar soportes como
portacandiles, velones o almenaras.
De la Alhambra tenemos constancia de que en la ceremonia y banquete del
Mawlid de 1362 en el Nuevo Mexuar, tal como deja por escrito Ibn al-Jaṭīb
(1313-1374) en su Nufāḍa III, se describe todo un «bosque de luces» que
asombraba a todos los presentes con cirios de cera de abeja sobre pedestales de
pies de elefante y lamparitas de latón.
El interés era iluminar puntos importantes del espacio, además de esquinas y
bifurcaciones. De esta manera, había nichos en el muro pensados para colocar
lámparas, recipientes para candelas y grandes velas. Cabe destacar la mención
en los textos de la existencia de personal encargado de vigilar los cirios y
encenderlos de nuevo (Fernández Puertas, 2018: 320).
En otras ocasiones, las tertulias podrían iluminarse siendo flanqueadas por
lámparas de latón y candelabros de cobre, tal como se describe en la noche del
Altas en 1360, en la tienda de campaña militar con la tribu de los Hintata
(Fernández Puertas, 2018: 258).
EL CANDIL R1696
La pieza que presentamos consiste en un candil de pie alto, muy característico
de la época nazarí. Se encuentra realizado en cerámica vidriada.
La mecha se colocaba en la cazoleta de pellizco donde se vertía el aceite, que
podía ser de oliva. Esta parte se sustenta mediante un fuste ornamentado con
molduras, y un asa, por donde se sostenía el candil cuando se transportaba. Todo
ello queda unido a la base, en forma de platillo circular, que garantizaba la
estabilidad gracias a su amplitud. Al situar la cazoleta en la parte superior del
candil, se podía alumbrar un área mayor. Asimismo, el calor de la llama no se
acercaba a la mano o a la superficie donde se colocaba.
Todo ello nos deja entrever una iluminación ajustada al menos a lo
imprescindible, en un ambiente donde no era tan sencillo iluminar como lo es
hoy. Con ambientes de oscuridad y humareda entre pebeteros y braseros, con
los destellos de luz de la vajilla en banquetes, lecturas con luces dirigidas o
tertulias con siluetas y luces rasantes en los rostros, o quizás luces ambientales
que iluminaran todo el esplendor de espacio.
Sobre este asunto todavía hoy quedan muchas cuestiones por plantear, estudiar
y reflexionar.
Autora del artículo: Almudena Gómez Granados
BIBLIOGRAFÍA
Al Khemir, Sabiha (2013) Nur: La luz en el arte y la ciencia del mundo islámico.
Fundación Focus-Abengoa. Dallas Museum of Art.
Fernández Puertas, Antonio (2018) Alhambra: Muhammad V, el Mawlid de
764/1362. Almed, Granada, 2018.
Torres Balbás, Leopoldo (1959) “Salas con linterna central en la arquitectura
granadina.” Al-Andalus: revista de las Escuelas de Estudios Árabes de Madrid
y Granada, v. XXIV. 9-37.