El libro de firmas de la Alhambra
La visita de Washington Irving a la Alhambra en el año 1829 generó una de las más interesantes aportaciones hechas al monumento que miraba por su conservación. La preocupación de Irving y su compañero Dolgorouki por la costumbre de los visitantes de firmar en las paredes del monumento fue más allá de la denuncia y la queja. Aportaron un hermoso volumen encuadernado en piel verde de 351 folios que inauguran como libro de firmas el 9 de mayo de 1829.