El Patio de los Leones recupera su imagen histórica
La restauración del Patio de los Leones concluirá a comienzos del 2012. Además de exhibir las esculturas de los Leones restaurados y su Fuente, el suelo del Patio más emblemático del mundo recuperará su imagen histórica a partir de su pavimentación con mármol blanco de Macael. La solución permitirá poder acceder al patio, lo que era imposible desde la última remodelación de la zona en los años noventa. Así lo ha decidido la Comisión Provincial de Patrimonio, quien ha autorizado la pavimentación del Patio. Durante el proceso de restauración de este espacio, se han realizado investigaciones que han sido expuestas en el transcurso del Congreso Internacional de Conservación y Restauración de Bienes Culturales que se ha celebrado en el Parque de las Ciencias de Granada. En una de las ponencias, Francisco Lamolda, arquitecto conservador del Patronato de la Alhambra, ha desvelado los resultados de las diferentes catas arqueológicas realizadas en el Patio de los Leones. La idea de que allí había un jardín ha sido descartada, ya que la superficie de roca subyacente ?hace inviable la existencia de un espesor mínimo de tierra vegetal?. El estudio exhaustivo de la documentación histórica procedente de diferentes archivos nacionales ha desvelado que el suelo estuvo cubierto a finales del siglo XV con mármol blanco, por lo que la nueva intervención se aproxima a esta imagen también empleada a lo largo de la historia de la conservación del Monumento y contribuirá a una mejor conservación del sistema hidráulico de la fuente. En 1494, el humanista austriaco Jerónimo Münzer había descrito por primera vez el Patio de los Leones con una solería de mármol blanco y una fuente central con una taza. Ocho años después, Antonio Lalaing dejó constancia de la misma configuración con la salvedad de que habían sido añadidos seis naranjos. Diferentes fuentes refieren que a finales del siglo XVII el complejo sufrió una importante remodelación. El suelo pasó a ser de cerámica en espiga con colores azul, blanco, verde y negro. En 1770, el hispanista inglés Henry Swinburne visitó la Alhambra. En 1779 publicó el libro Viaje alrededor de España, en el que se adentraba en sus monumentos principales. Uno de ellos fue la Alhambra. Swinburne describe el Patio de los Leones con gran precisión y pueden apreciarse nuevos cambios en la solería, esta vez compuesta por cerámica en espiga con piezas cocidas y vidriados en azul y blanco. Ya durante la ocupación francesa, en 1810, el general Sabastiani ordenó retirar el pavimento y plantar un jardín con rosas, jazmines y arrayanes. Fue necesario rellenar de tierra natural los cuadrantes y emplear maceteros. En la segunda mitad del siglo XIX los jardines fueron eliminados y se recuperaron los niveles originales en las galerías con la disposición de baldosas de cerámica ochavadas con olambrillas verdes, blancas y azules. En los intercolumnios se regresó al mármol. En 1974 se decidió volver a plantar diferentes especies en los cuadros del patio, y en 1987, se decidió que el acabado del Patio fuese en gravilla del río Guadalquivir a su paso por Mengíbar. Sin embargo, esta solución propiciaba ruido y provocaba su dispersión por el resto del palacio, lo que ocasionaba en muchos casos desperfectos en el pavimento del resto del Monumento y en los canales de la Fuente de los Leones. Esta circunstancia, ocasionó que, por motivos de conservación, se prohibiera el acceso al Patio, que los turistas podían apreciar desde un perímetro habilitado al efecto pero no pisar.